Bajo la lluvia

¿Qué me pasó? ¿Que hago tirada en el suelo?

No debo estar bien si me encuentro tirada en en el medio de la calle, y bajo esta torrencial lluvia. Siento rara la cabeza, pero no estoy sangrando ni tengo nada inflamado. No sé qué me ha pasado, pero tampoco sé qué ha pasado antes de eso. No sé qué hice esta mañana, o incluso si es de mañana o tarde. No sé lo que me gusta, que hago, de qué vivo, si me gustan los perros o si soy más de los gatos. Mi cabeza es un gran vacío, y hay un gran hueco en donde debería estar mi memoria. Por suerte sé en dónde estoy, pero lamento aceptar que hasta ahí se limita la información.

Pantalón, remera, saco y tacones. ¿Es así cómo me visto siempre? Me parece un poco incómodo, no es un atuendo práctico, no sé porque usaría tacones. Probablemente trabajo en una oficina y habré dejado mi cartera ahí, sí es que tengo cartera.

Siento algo en mi bolsillo trasero, es mi celular, con la pantalla estrellada y sin ningunas ganas de encender. De nada me sirve un aparato que conecte con el mundo si no me puede conectar conmigo. Hubiese sido de mucha ayuda, hubiese sido la única ayuda.

Es poco lo que puedo ver a mi alrededor en medio de la lluvia, es mucho el dolor de cabeza que ahora sí estoy sintiendo. ¿Por qué me duele la cabeza? ¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy en el medio de la calle? Me toco todo el cuerpo y lo siento bien, mi cuerpo esta bien. Yo estoy bien, yo… ¡Ya va! ¿Quién soy yo? ¿De qué son estas llaves en mi bolsillo? Deben ser de mi casa, debo haber estado camino a mi casa, quisiera saber que camino sería ese, o siquiera cómo luce mi casa. Siento que debería saber más, sentir más. No me esta funcionando el instinto, necesito que funcione mi instinto. Necesito saber porque tengo sólo un protector labial y unas llaves en los bolsillos. ¿Sólo eso tengo?

¿En dónde está mi cartera, o mi bolso? No creo haber salido a la calle sólo con esto.

A lo mejor soy una de esas personas minimalistas, sólo con lo indispensable. Debo usar una de esas aplicaciones para pagar las cuentas, debo ser tan práctica que nada más lo que me cabe en los bolsillos es suficiente, sí, seguro es eso. Me gustaría saber cómo se llama esa persona tan práctica que creo ser, y a dónde voy, que hacer a partir de ahora.

La lluvia esta tibia, no, no es la lluvia. Me sale de los oídos, es sangre, caliente y pegajosa sangre que me corre por el cuello, y me mancha el saco, tan lindo saco que ni se de donde salió.

Un hormigueo se me sube por la espalda, llega a la cabeza y libera un martillazo, fuerte cómo un trueno. Las piernas no me responden del todo, y comienzo a tambalearme bajo la lluvia. ¿Qué me pasó? ¿Por qué me duele la cabeza? ¿Qué hago en el medio de la calle? ¿Quién soy? Las manos me tiemblan, el cuerpo me tiembla, y ya sin aviso las piernas se rinden, me atrapa un hombre. ¡Lo vi todo! ¡Lo vi todo! - me dice. Sus gestos fueron de angustia Me explicó que salí al kiosko a comprar galletas y a mitad de camino me atropellaron y se dieron a la fuga.

Mi nombre es Patricia, trabajo en un call center, la ropa que uso es mi uniforme, el protector labial lo necesito porque no tomo suficiente agua y se me agrietan los labios.

Las llaves son de la oficina, las tome sin autorización en un descanso que no me correspondía para comprar galletas que estan fuera de mi dieta. Sí tengo cartera, una gigante repleta de cosas inútiles. Y, la razón por la que mi compañero pudo ver todo lo que pasó, es porque olvide el dinero para comprar las galletas y él salió a dármelo. Sigo sin recordar quien soy, pero lo que me cuentan de mí no es alentador.

#cuentocorto