CASA DEL FUTURO

Ya separe lo que es para tirar, de lo que le voy a enviar. Nunca pensé que el segundo lote sería más grande que el primero.

Me dijo que hiciera las cosas a mi criterio, y así lo estoy haciendo, no creo que le haga falta un abrigo de cinco kilos en pleno caribe, o esta bufanda antigua que tan bien me queda. Se cocinaría con esto en el calor de su nuevo hogar. Nuevo y a miles de kilómetros de distancia. ¿Qué clase de persona hace eso? ¿Quién se iría a una isla en medio del mar a vivir de la caza y la pesca?. Me imagino que no será tan exactamente así, alguna clase de tecnología deben tener. De igual manera, no creo que necesite este televisor de 55 pulgadas que a mí me está haciendo falta. Según su última carta, (sí, carta de papel), el acceso a la electricidad es bastante limitado, y el uso del teléfono es exclusivo para emergencias en la isla

No lo entiendo, no hay necesidad de alejarse tanto, de exiliarse en el más allá. ¿Qué tiene el mar que no tenga la ciudad? ¿De qué tienes que estar huyendo para dejarle la tarea de cerrar la puerta de tu casa a un tercero? Es decir, es tu hogar, lo escogiste tú, estas sillas las escogiste, esta estantería, este sofá. Es un desperdicio haberse tomado la molestia de conectar todo a la red wifi de la casa, tanto esfuerzo e inversión para nada. Es la casa perfecta.

Yo podría vivir aquí, a lo mejor si no tuviera que entregar el apartamento en dos días, podría instalarme en esta perfección tecnológica. Comenzaría el día diciéndole al teléfono lo que quiero hacer, y así mi asistente virtual lo recordaría y yo liberaría ese espacio en mi cabeza. El centro de lavado, selecciona, lava, seca y acomoda mi ropa. La heladera verifica lo que se está por terminar y lo agrega al pedido a domicilio del supermercado, y se descuenta de la tarjeta de crédito. Es un paraíso aquí, sin siquiera tener que salir. Un solo comando de voz y ya se redactan mensajes y correos automáticos a la familia, nada de tener que estar leyendo textos interminables. El filtro de mensajes se encarga de resaltar sólo lo importante.

No importa la temperatura del afuera, aquí adentro hace la temperatura que a mi me parezca, y las ventanas pueden reflejar el más hermosos de los paisajes en sus pantallas.

¿Quién dice que el caribe no puede venir a mi? Incluso, puedo pedir a que me traigan unas piñas coladas. El mundo a mis pies. No tendría que salir, no tendría que hablar con nadie. Trabajaría desde casa, y solo respondería a lo importante, nada de perder el tiempo tratando de entender al resto, no más charlas condescendientes con personas molestas, no más sonrisas fingidas ni halagos falsos. No más tener que esperar en las filas para pagar, ni aguantar el tráfico. Lo tendría todo aquí en estas cuatro paredes, todo mi mundo cabría aquí. Todo estaría aquí, eso sería todo para mi. Esta sala, esta cocina, esta cama, estas ventanas cambiables, este mismo aire, este mismo ambiente controlado. No tendría ninguna sorpresa desagradable, nada sería de imprevisto, todo estaría programado, mis días, mis noches, mis pensamientos. No me tendría que preocupar por el mañana, ya eso está resuelto. No me tendría que encargar de nada, ninguna responsabilidad, ninguna tarea, ninguna motivación. ningún propósito.

Me parece que está fallando el sistema de aire acondicionado, estas gotas que caen de mi frente no estaban antes. ¿Cuantos metros cuadrados tiene este apartamento? ¿Por qué se está reduciendo? ¿cuántas son las respiraciones normales por minuto? ¿Cuánto es un minuto? ¡Ventana ábrete! ¡ábrete! ¡ábrete!.

Sólo esta caja con fotos, solo esto necesita.

Que suave es la arena entre mis dedos, complementan las caricias del viento en mi rostro.